La tumba que te deja "de piedra"
Desde finales del Neolítico, y durante toda la Edad de los Metales, se construyeron monumentos con grandes piedras, conocidos como megalitos.
Uno de los más comunes eran los dólmenes, formados por grandes rocas verticales hincadas en el suelo y cubiertas de losas horizontales. Su principal función era de la servir como sepulturas colectivas, es decir, ahí se guardaban cuerpos para toda la eternidad (o hasta que los arqueólogos los sacasen de ahí).
En la península encontramos muchos restos arqueológicos de este tipo, destacando algunos muy conocidos, como los Dólmenes de Antequera.
Existían otros tipos de megalitos, como menhires o los crómlech (como el famosísimo conjunto de Stonehenge en Reino Unido).
En la imagen, un par de individuos visitan el dolmen donde probablemente descansan los restos de sus familiares.