Zigurats, los grandes edificios de usos múltiples

Nos encontramos en la antigua Mesopotamia, un territorio junto a los ríos Tigris y Éufrates en el que en torno al IV milenio aparecieron las primeras civilizaciones de la historia.

Los mesopotámicos fueron grandes constructores, aunque, como construían con ladrillo y adobe, se han conservado pocos restos de sus edificaciones. Sus edificios se levantaban sobre plataformas o terrazas para protegerlos de las frecuentes inundaciones. Tenían gruesos muros que se revestían con ladrillos de colores.
Los más importantes edificios se construían en las ciudades, eran los templos, los palacios y los zigurats.

Los zigurats eran grandes estructuras con torres escalonadas, que eran usados con varios fines. Algunos de ellos son: centro de adivinación, lugar de culto u observatorio astronómico. 


Dichos edificios se caracterizaban por una escalinata principal, que permitía ascender a las terrazas superiores, y otras escalinatas laterales; en la terraza superior se localizaba el santuario dedicado a la deidad.

El zigurat más antiguo fue el construido en UR, dedicado a Nanna, dios de la luna y protector de la ciudad. Se construyó sobre siete terrazas, pero solo se han conservado tres.



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