El primer horno
Durante el Neolítico se hará habitual el uso de la cerámica para las labores agrarias y para la cocción de alimentos.
Los útiles cerámicos se modelaban a mano con barro, y posteriormente se cocían en un horno para aportar a las pieza la dureza e impermeabilidad de la cerámica. De este modo las vasijas, cuencos y demás utensilios podían servir para almacenar el grano de la cosecha, cocer los alimentos y servirlos para comer; recoger, trasladar y almacenar agua, etc.
En las imágenes podemos observar a varios individuos cociendo diferentes vasijas y cuencos en un gran horno.