El lugar de culto, el templo
El templo era la casa de los diferentes dioses. Construidos en piedra, con una arquitectura adintelada, la mayoría tenían unas dimensiones colosales, y seguían una misma estructura: una avenida daba acceso a la puerta monumental, esa avenida solía estar decorada con esfinges protectoras; al templo se accedía a través de unos muros muy gruesos, el pilono, frente al cual se situaban los obeliscos.
Tras cruzar el pilono, se accedía a un patio rodeado de enormes columnas decoradas, posteriormente se accedía a la sala hipóstila (cubierta y llena de columnas), y finalmente, en la parte más profunda del templo, se encontraba el santuario, donde se conservaba la estatua del dios.